SIETE DOMINGOS DE SAN JOSÉ | PRIMER DOMINGO


PRIMER DOMINGO

Rezar despacio, meditando estos dolores y gozos:

El dolor: cuando estaba dispuesto a repudiar a su Inmaculada Esposa.

La alegría: cuando el Arcángel le reveló el sublime misterio de la Encarnación.

Oh castísimo esposo de María, glorioso San José, ¡qué aflicción y angustia la de vuestro corazón en la perplejidad en que estabais sin saber si debíais abandonar o no a vuestra esposa sin mancilla! Pero ¡cuál no fue también vuestra alegría cuando el ángel os reveló el gran misterio de la Encarnación!

Por este dolor y este gozo os pedimos consoléis nuestro corazón ahora y en nuestros últimos dolores, con la alegría de una vida justa y de una santa muerte semejante a la vuestra, asistidos de Jesús y de María.

Padrenuestro, Ave y Gloria.

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