Novena a Nuestro Padre Jesús del Ecce-Homo por la persecución a los católicos de Nicaragua.
REY DE LOS MÁRTIRES
Por la persecución de la fe católica en Nicaragua.
V/. Dios mío ven en mi auxilio.
R/. Señor, date prisa en socorrerme.
V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amen.
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero; Creador, Padre y Redentor mío, por ser Vos quién sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de Vuestra Divina Gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y, cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.
HIMNO
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh, buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti.
Para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos. Amén
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dios Todopoderoso que enviaste a Tu Unigénito, a quien venero bajo el título de Nuestro Padre Jesús del Ecce-Homo, para redimir al mundo con el precio de Su Preciosísima Sangre, inspira mi oración para implorarte con fe por el pueblo de Nicaragua que sufre persecución por causa de Tu Santo Nombre. Reconozco, Señor, mi indignidad, pero con confianza confieso que “El Señor es mi pastor, nada me falta”. Al verte humillado con el manto de la ignominia, Jesús del Ecce-Homo, reconozco el misterio del infinito amor con que derramaste tu sangre por mí, para devolverme la vida y salvarme. Por ello, quiero unirme a tu dolor y aceptar con amor los sufrimientos que trae la vida, especialmente aquellos que derivan de la persecución por causa de Tu Santo Nombre y ofrecerlos por la nación hermana de Nicaragua que, en estos momentos, atraviesa la dura prueba de la persecución y el martirio. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
LECTURAS
LECTURA DEL PRIMER DÍA.
De la carta de San Pablo a los Romanos (Rm. 8, 35. 37-39)
¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo? ¿La aflicción? ¿La angustia? ¿La persecución? ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿El peligro? ¿La espada? En todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni creatura alguna, podrá apartamos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.
LECTURA DEL SEGUNDO DÍA
Del Libro del Apocalipsis (Ap 3, 10-12)
Porque has guardado la palabra de mi constancia, yo también te guardaré en la hora de la prueba que va a venir sobre el mundo entero, para probar a los habitantes de la tierra. Llegaré pronto: sostén lo que tengas, para que nadie te quite tu corona. Al que venza lo haré columna en el templo de mi Dios, y ya nunca saldrá fuera, y sobre él escribiré el nombre de mi Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios, de la nueva Jerusalén, que baja del cielo desde mi Dios, y mi nombre nuevo.
LECTURA DEL TERCER DÍA
De la segunda carta de San Pablo a los Colosenses (2Co 1, 3-5)
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios de todo consuelo; él nos consuela en todas nuestras luchas, para poder nosotros consolar a los que están en toda tribulación, mediante el consuelo con que nosotros somos consolados por Dios. Porque si es cierto que los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, también por Cristo rebosa nuestro consuelo.
LECTURA DEL CUARTO DÍA
De la primera carta de San Juan (1Jn 5, 3-5)
En esto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe; porque, ¿quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
LECTURA DEL QUINTO DÍA
De la primera carta de San Pedro (1Pe, 5, 10-11)
Tras un breve padecer, el Dios de toda gracia, que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo Jesús, él mismo os restablecerá, os afianzará, os robustecerá. A él la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Amén.
LECTURA DEL SEXTO DÍA
De la carta de Santiago (St 1, 12)
Dichoso el hombre que soporta la prueba, porque, una vez aquilatado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que lo aman.
LECTURA DEL SÉPTIMO DÍA
Del libro de la Sabiduría (Sb 3, 1-2a.3b)
Las almas de los justos están en las manos de Dios y no los alcanzará tormento alguno. Creyeron los insensatos que habían muerto; pero ellos están en la paz.
LECTURA DEL OCTAVO DÍA
De la primera carta de San Pedro (1Pe 4, 13-14)
Queridos hermanos: Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de gozo. Si os ultrajan por el nombre de Cristo, dichosos vosotros: porque el Espíritu de la gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros.
LECTURA DEL NOVENO DÍA
Del Libro del Apocalipsis (Ap 7, 14-17)
Ésos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios, dándole culto día y noche en su santuario; y el que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed; ya no los molestará el sol ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los apacentará y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida. Y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.
Medite la Palabra de Dios y aplique sus beneficios por los católicos de Nicaragua.
SÚPLICAS
(todos los días)
V/. Nuestro Padre Jesús del Ecce-Homo, Tú que llamaste bienaventurados a los que lloran; Misericordia. Padre nuestro que estás en el cielo...
R/. Santificado sea tu Nombre...
V/. Nuestro Padre Jesús del Ecce-Homo, Tú que llamaste bienaventurados a los perseguidos por causa de la justicia; Misericordia. Padre nuestro que estás en el cielo...
R/. Santificado sea tu Nombre...
V/. Nuestro Padre Jesús del Ecce-Homo, Tú que llamaste bienaventurados a los que son injuriados, perseguidos y, con mentira, objeto de toda clase de mal por tu causa; Misericordia. Padre nuestro que estás en el cielo...
R/. Santificado sea tu Nombre...
ORACIÓN FINAL
¡Oh Rey de los Mártires, Jesús del Ecce-Homo! Tú que padeciste el terrible tormento de las espinas para sanar con tus padecimientos la enorme herida de nuestros pecados, sé consuelo de los afligidos y fuente inagotable de templanza y fortaleza para aquellos que son perseguidos a causa de Tu Santo Nombre, por quienes te rogamos en esta novena. ¡Oh dulcísimo Salvador nuestro! Protege bajo el manto de tu gloria a todos los que con devoción nos refugiamos en tu Sacratísimo Corazón, de donde brota el fecundo torrente de la Redención. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
V/. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
R/. como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
V/. Nuestro Padre Jesús del Ecce-Homo,
R/. Ten misericordia de nosotros.
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