28 de diciembre, Los Santos Inocentes

La Iglesia conmemora desde los primeros años de la era cristiana la matanza ordenada por el rey Herodes I el Grande para acabar con todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, con el fin de asegurarse de que el anunciado Mesías, Jesucristo, futuro rey de Israel, fuera asesinado. En este día tan señalado, esta Real y Venerable Archicofradía quiere recordar de modo especial a todos aquellos niños que ven truncadas sus vidas por diferentes y terribles causas.

El aborto es la espada que blanden los nuevos Herodes contra los más indefensos: entre 1985 y 2014, alrededor de 2.000.000 de Santos Inocentes fueron asesinados en España en el vientre de sus propias madres. Estos son los mártires de nuestro tiempo, tan próximos a nosotros y tan dolorosamente ignorados; es, sin lugar a dudas, la sangre derramada que da testimonio de la entrañable misericordia de un Dios que se hizo Niño para ganar nuestra salvación con el precio de Su Sangre. Dale Señor el descanso eterno y brille para ellos la luz perpetua.

Acuérdate también de la sangre derramada por tus mártires en Irak, Siria, Nigeria, Sudán y tantos otros países donde la tibieza de un Occidente desnaturalizado colabora silenciosamente con esta barbarie que persigue, tortura y masacra a niños, adultos y ancianos por razón de su fe. Dales Señor el descanso eterno y brille para ellos la luz perpetua.

Señor, Tú que eres la inocencia encarnada en el cuerpo de un Niño; Tú que fuiste a padecer por los hombres como cordero que llevan al matadero, acoge en tu seno a todos los Santos Inocentes que cada día riegan la tierra con la sangre del martirio. Que ellos sean nuestro ejemplo y toda la Iglesia sea sostén de tanto sufrimiento, para que tanto dolor edifique nuestras almas y, por tu infinita Misericordia, alcancemos la gloria prometida.

¡Santos Inocentes, rogad por nosotros!