Marcha "Ecce-Homo"


La marcha "Ecce-Homo" es una de las joyas que atesora nuestra Archicofradía y que define de manera inigualable su idiosincrasia. Esta marcha fúnebre, considerada por muchos el himno de la Semana Santa de Cádiz, es una excelente composición escrita para banda de música por Eduardo Escobar de Rivas en 1929, quien dedicó su composición "A la Venerable Archicofradía de Nuestro padre Jesús del Ecce-Homo con el mayor respeto y afecto de su autor", tras la muerte de su hijo que era hermano de la Archicofradía. La partitura de la marcha "Ecce-Homo" fue publicada en la revista madrileña Harmonía, junto a la marcha "Cortejo Fúnebre" de M.G. de la Parra.

La marcha fue ofrecida a la Archicofradía por Escobar de Rivas con estas palabras "Teniendo escrita una marcha fúnebre y habiendo hecho el propósito de dedicarla a la Real Cofradía del Ecce-Homo de la cual es Ud. dignísimo Mayordomo, tengo el honor de ponerlo en su conocimiento, para que se sirva trasmitirlo a los Señores Hermanos que componen la Junta de Gobierno. Poco, muy poco es el mérito de dicha composición, si es que alguno tiene, pero veré coronados mis deseos, si esta corporación se digna aceptarla; en cuyo caso el distinguido director Don Damián López, está encargado de su instrumentación."




Autor

Eduardo Escobar de Rivas nació en Cádiz en 1879, donde falleció en 1942. Músico, director y compositor español, realizó sus primeros estudios musicales en su ciudad natal, trasladándose a Madrid para estudiar en su Conservatorio. Allí se formó como violinista bajo el magisterio del cántabro Jesús de Monasterio, director de la Sociedad de Conciertos de Madrid y considerado en aquel momento como uno de los mejores violinistas de España, quien tuvo entre sus mejores alumnos al insigne violinista Pablo de Sarasate. De vuelta en su ciudad natal, Escobar fue concertino de la orquesta del Teatro Principal de Cádiz como primer violín. También creí una Sociedad de Conciertos en la capital gaditana. Compositor de gran éxito, fue nombrado director del Grupo Filarmónico y ganó las oposiciones como primer viola de la Capilla del Palacio Real. Su talento llegó a oídos de Manuel de Falla, con quien tendría un excelente trato. Decisivo en su carrera fue también su elección como primer director de la Banda Municipal de Cádiz a finales de los años veinte. En 1932, compaginó su puesto con el de director de la Orquesta Sinfónica Gaditana. 


Obra

La marcha "Ecce-Homo" está compuesta en do menor, una tonalidad especialmente dramática. Formalmente se enmarca dentro del esquema compositivo de la "marcha", presentando una estructura equilibrada donde el autor emplea de forma magistral los temas que expone a lo largo de la composición. La primera sección da comienzo con la presentación el tema principal en piano, concebido con una gran unción y  solemnidad. Este tema vuelve a repetirse pero en forte, dando paso a un puente modulante que nos lleva al desarrollo donde podemos oír el segundo tema, mucho más dulce y de una profunda devoción. La obra concluye con una impresionante coda en la que se reúne elementos motívicos del tema principal y del segundo tema, concluyendo de forma solemne. 

Esta marcha fue escrita para banda de música y se interpreta en diferentes puntos del recorrido de nuestra Estación de Penitencia. En la tarde del Martes Santo, cuando se produce la salida de la Archicofradía desde su sede canónica, la Iglesia de la Conversión de San Pablo, los sones de la marcha "Ecce-Homo" son interpretados cuando se abren las puertas del templo y aparece la cruz de guía. Así mismo, vuelve a escucharse la marcha en la salida de los pasos de Nuestro Padre Jesús del Ecce-Homo y de María Santísima de las Angustias, detrás de cuyo palio suena la obra de Escobar de Rivas en los puntos más importantes del recorrido. 

Hermanos de la Archicofradía interpretando la marcha "Ecce-Homo" durante
la Función Principal de Instituto.
Así mismo, la marcha es interpretada durante la Función Principal de Instituto y en la Función Solemne en honor a María Santísima de las Angustias durante la comunión. La composición de Escobar de Rivas es interpretada por un conjunto instrumental formado por hermanos de la Archicofradía y devotos de Nuestros Sagrados Titulares. La plantilla suele incluir flauta, clarinete, violines, viola, violoncello y órgano. La partitura original fue transcrita para orquesta de cuerda y órgano por NHD Jaime Calderón Rovira en 2010. 






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